29 may 2014

Arlequín




(Pintura: minjae lee)

Somos arlequines de nuestro propio destino.

(La personalidad de Arlecchino puede llegar a resultar camaleónica: astuto y necio, intrigante e indolente, sensual y grosero, brutal y cruel, ingenuo y pobre de solemnidad, como describe su propio atuendo, mil veces remendado y parcheado, que con el tiempo tomó ese aspecto de malla de estampado romboidal. Lleva una máscara negra de nariz geminiana y es un fabuloso acróbata saltarín. Representa al criado tragón y tonto, siempre en busca de pelea, comida y mujeres, pero de pronto humanizado ante las humillaciones, el miedo al hambre, el amor de Colombina y con una inigualable capacidad de supervivencia -via Wikipedia-)

Buscamos explicaciones de cómo somos, por qué nos comportamos de tal o cuál forma.
¿Dónde? Pues en religiones, ciencias, horóscopos (de éstos hay una larga lista: occidental, chino, feng shui, y un largo etc.).
¿Por qué? Porque nos da miedo sentarnos con nosotros mismos y hablar (no, el hablar no es lo malo, es el escuchar lo que nos da pánico).
Nos mentimos, nuestro gran Pepito Grillo escucha paciente y nos dice que nos equivocamos. Y ahí viene lo peor de esta pequeña-gran charla... cuando Pepito dice que le toca a él y tu subconsciente comienza a darte collejas en el alma que duelen más que las físicas, y que, para más inri, no las puedes callar...
¿Y entonces? Entonces nos damos la vuelta y cambiamos de tema, que eso lo hacemos muy bien.

En fin... Otro largo día. Sigamos siendo las estrellas de nuestro teatro.


"El hombre es menos sincero cuando habla por cuenta propia. Dale una máscara y te dirá la verdad."
(Oscar Wilde).







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