22 abr 2012

Aniversario





Aniversarios, momentos del año que más que nunca te hacen revivir situaciones. Momentos bonitos, momentos especiales, momentos inolvidables y también situaciones que no querrías volver a revivir. Pero llegan, la fecha está aquí…esperándote, sabes perfectamente que llegará, incluso celebras su llegada, porque el momento estuvo, lo viviste y ya sea bueno o malo saliste de él, y fue una experiencia que te enseñó algo.

La llegada trae unas consecuencias. Traen consigo unas sonrisas, unas lágrimas, unas reuniones, unas palabras. Pensamientos de alcoba, solitarios, irrepetibles. Los vuelves a revivir sin perder detalle, como si lo vivieras como la primera vez.

Hay circunstancias, que aunque las celebres, no vienen con recuerdos del todo hermosos, vienen con algo de dolor, con pérdida. No hace falta que sea la pérdida de una persona, simplemente es la desaparición de una parte de ti que se fue unida a ese momento. Y tampoco lo llamaría pérdida, porque, naturalmente se fue una parte de ti, pero fue reemplazada por otra… (ya si es mejor o peor lo dejo al gusto del consumidor).


Vamos cambiando a base de vivencias, no es un cambio rotundo, ya que esa parte nunca desaparece del todo, pero la obvias. La dejas guardada en el trastero, porque sabes que en alguna ocasión la necesitarás, como la ropa vieja (esa que pasa de moda, pero que tanto te gustó).

Yo no lo sabía, pero lo peor de los aniversarios (sobre todo de situaciones no del todo positivas-digo “no del todo” porque soy de las que piensa que toda situación deja dos partes, positiva y negativa, aunque una de ellas sea más fuerte que la otra-),es que, justo cuando se aproximen, vuelvan a suceder…es un shock tremendo.

La primera vez que interaccionas en una situación de éstas, al no estar preparada, al vivirlo deprisa y no saber a lo que te enfrentas, lo haces un tanto atontada, pero con fuerza, con orgullo (diría yo). Pero la segunda vez… La segunda vez, sabes todos los pros y contras, sabes a lo que te enfrentas, y sabes que, no estás preparada (nunca lo estás). Pero ahí está desafiándote, y diciéndote que realmente está aquí, que da igual si estás “cagada” o no, que lo tienes que sobrellevar, que tienes que tener esperanza (maldita palabra) y fuerzas para revivirla…

Y así ha venido este aniversario para mí. Un aniversario que cambió con una frase, con un movimiento de boca…que no se me olvidará, que espero poder recordarla muchos otros años, porque querrá decir que salió bien.

Aquí estoy, esperándote… no tardarás en llegar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario